Cuando el ego eclipsa el propósito, el liderazgo deja de construir
¿Qué es el síndrome de Hubris?
No tiene código en la OMS, ni lo diagnostican en una consulta médica… pero se siente. Y se sufre.
El síndrome de Hubris es un trastorno de comportamiento que afecta a algunas personas en posiciones de poder. Se manifiesta cuando el éxito prolongado lleva a una desconexión de la realidad, un exceso de confianza, y una creencia casi divina en las propias decisiones. Suena fuerte, ¿verdad? Pero es más común de lo que parece.
El término fue popularizado por el neurólogo David Owen, ex ministro británico, quien analizó cómo algunos líderes políticos y empresariales cambiaban radicalmente su forma de actuar al llegar al poder. Lo que empieza como liderazgo firme, puede terminar en arrogancia pura si no hay autoconciencia ni límites sanos.

El poder que desconecta: señales de alerta
A diferencia de otros problemas de salud mental, el síndrome de Hubris no se vive en silencio: lo sufren los equipos. Y a menudo, el entorno tarda en darse cuenta (o se adapta a ello por miedo o comodidad).
Estas son algunas señales que deberían encender las alarmas:
- Desprecio por las opiniones ajenas. “Sé más que tú, no necesito escuchar.”
Toma de decisiones impulsivas o unilaterales.
Falta de empatía. Lo importante es el objetivo, no las personas.
Idealización excesiva de la propia figura.
Aislamiento o creación de entornos de culto al líder.
Desconexión del terreno real. Solo se rodean de quienes dicen “sí”.
¿Te resulta familiar? Todos, en mayor o menor medida, podemos caer en pequeñas dosis de ego desmedido. La diferencia está en cuánto lo dejamos crecer.

Del líder al tirano: el impacto en los equipos
En
Sandav trabajamos con líderes y equipos de entornos muy distintos. Y hay algo que siempre se cumple: el
estilo de liderazgo marca el clima emocional de toda la organización.Un directivo afectado por el síndrome de Hubris no solo se vuelve menos eficaz, también genera:
Equipos silenciados (nadie quiere “llevarle la contraria”).
Pérdida de talento (los buenos se van).
Bloqueo de la innovación (se ejecutan órdenes, no ideas).
Ambientes tóxicos sostenidos por el miedo o la inercia.
Lo más irónico es que muchos líderes no se dan cuenta. Creen que simplemente están “asumiendo su responsabilidad”, cuando en realidad están
cerrando las puertas al feedback, a la mejora… y a las personas.

¿Cómo evitar caer en el ego desmedido?
No se trata de demonizar el liderazgo firme ni el éxito. Al contrario. El problema aparece cuando dejamos de hacernos preguntas incómodas.
Aquí van algunas prácticas sanas para evitar caer en la trampa del ego:
-
Rodearte de voces críticas (y escucharlas).
-
Tomar distancia regularmente. Cambiar de entorno, desconectar, oxigenar el pensamiento.
-
Pedir feedback real. Desde los equipos, no solo desde el círculo cercano.
-
Formarse en inteligencia emocional.
-
Cuidar la salud mental. Porque sí, el poder también desgasta.
Y sobre todo: recordar para qué lideras. Si la respuesta está más cerca del control que del propósito… conviene parar.

Un liderazgo sano también se entrena
En Sandav no creemos en gurús del poder ni en fórmulas mágicas. Creemos en personas que lideran con conciencia, que se atreven a mirar hacia dentro tanto como hacia adelante.
Detectar el síndrome de Hubris no es una condena: es una oportunidad para recalibrar. Para construir entornos donde el liderazgo inspire, no imponga. Donde el éxito no te aleje de tu equipo, sino que los acerque más.
Porque liderar no es subir al podio, es crear puentes.
Y eso —con poder o sin él— nunca pasa de moda.
El poder puede ser luz… o puede cegar.
El síndrome de Hubris no deja cicatrices visibles, pero mina la salud de cualquier organización. Como dice el artículo, es una mezcla de rasgos patológicos que delinquen contra la empatía y la realidad.

¿Te interesa revisar el clima emocional de tu equipo o el estilo de liderazgo de tu organización?
Desde Sandav te ayudamos a hacerlo con respeto, profundidad y resultados reales.
Escríbenos y hablamos sin compromiso 🤝www.sandavteam.com
Comentarios