Devs y negocio: el puente necesario para empresas tech que crecen

Devs y negocio: el puente necesario para empresas tech que crecen


En el universo de las empresas tecnológicas, donde la innovación no se detiene y la velocidad de crecimiento se vuelve vertiginosa, uno de los mayores retos no es escalar la tecnología, sino hacer que el desarrollo y el negocio remen en la misma dirección. En teoría, parece lógico. En la práctica, suele ser uno de los principales factores de fricción, cuellos de botella, y en ocasiones, de fracaso.

La frase “de nada sirve construir el cohete más rápido si apunta al planeta equivocado” se vuelve dolorosamente real cuando el equipo técnico trabaja a toda máquina, pero sin un norte estratégico compartido. Aquí es donde entra en juego la necesidad urgente de construir un puente firme entre devs y negocio.



El dilema del crecimiento tech sin alineación


Cuando una empresa tecnológica comienza a escalar, tiende a dividirse en "mundos paralelos": el mundo de desarrollo y el mundo del negocio. Mientras un lado vive inmerso en sprints, repositorios y despliegues, el otro piensa en clientes, métricas y crecimiento.

¿Y el problema? La desconexión. Cada equipo se mueve rápido, pero no necesariamente juntos. Surgen decisiones contradictorias, funcionalidades innecesarias, retrasos, e incluso fricciones internas.

Sin alineación, el crecimiento es caótico. Con alineación, el crecimiento es sostenido, estratégico y más eficiente.



¿Qué significa alinear devs con negocio?

Alinear devs con negocio no implica que los desarrolladores deban asistir a cada reunión comercial o aprender a vender. Significa que deben entender la visión del negocio, el valor que se quiere entregar y cómo su trabajo contribuye directamente al impacto.

Significa que el backlog no es solo una lista de tareas técnicas, sino una herramienta para construir productos con propósito.

Es lograr que conceptos como churn, CAC o LTV no suenen a chino, sino a indicadores reales que influyen en decisiones técnicas, como priorizar la refactorización de un sistema o lanzar un MVP.



El CTO como traductor y orquestador


En esta sinfonía estratégica, el CTO no es solo el responsable de la arquitectura, ni el “jefe de los devs”. Es el intérprete entre negocio y tecnología, un rol híbrido que necesita visión técnica y sensibilidad estratégica.

Un buen CTO sabe cuándo decir "sí" y cuándo decir "todavía no". Pero, sobre todo, sabe traducir objetivos de negocio en decisiones tecnológicas viables, y viceversa.

Su misión no es solo técnica, es crear una cultura de colaboración y entendimiento mutuo, donde todos los miembros del equipo técnico se sientan parte de algo más grande que su código.



El rol del consultor tecnológico: mirada externa y catalizadora


Cuando este puente aún no existe o está débilmente construido, un consultor tecnológico puede actuar como catalizador. Su mirada externa, libre de la política interna o los sesgos del día a día, puede identificar rápidamente las brechas, los cuellos de botella y las oportunidades para alinear desarrollo con negocio.

Además, un buen consultor puede acompañar al CTO, formar a líderes técnicos en soft skills estratégicas, y aportar frameworks ágiles y de negocio que ya han funcionado en otras compañías tech.


Cinco pilares para construir el puente devs-negocio

1. Lenguaje común


Olvidarse del “esto es técnico” o “esto es del área comercial”. Se necesitan conversaciones claras y constantes. Por ejemplo, cambiar “tenemos que añadir esta API” por “necesitamos reducir el tiempo de onboarding de nuevos usuarios”.





2. KPIs compartidos


OKRs que involucren tanto a tech como a negocio. Si tech solo responde por “entregas” y negocio por “resultados”, el puente se rompe. El equipo tech debe medir también su impacto, no solo su output.



3. Mentalidad de producto


Pensar siempre en el valor entregado, no en las tareas completadas. Usar frameworks como Lean o Design Thinking para priorizar en base a lo que el usuario realmente necesita.



4. Visibilidad total del roadmap


No ocultar prioridades. Exponer claramente qué se construye, por qué, para quién y cómo se medirá su éxito.



5. Feedback constante y rituales de alineación


Desde demos de producto hasta retrospectivas con stakeholders. El diálogo continuo entre devs y negocio es vital para ajustar el rumbo sin perder el foco.



Qué pasa cuando este puente no existe

Cuando desarrollo y negocio no están alineados, los síntomas son fáciles de detectar:

Features que nadie usa
• Tiempo perdido en refactorizaciones que no generan impacto
• Lanzamientos tardíos
• Fricciones entre áreas
• Desmotivación del equipo técnico
• Estrategias sin soporte tecnológico real


El problema no es técnico. Es de visión compartida.



Scrum no es suficiente

Muchos creen que tener un Scrum Master o trabajar en sprints ya resuelve este problema. Pero no. Scrum es un proceso, no una brújula estratégica.

Puedes ejecutar perfectamente cada sprint y aún así estar yendo en la dirección equivocada. Por eso, el rol del Product Owner debe ser estratégico, no solo operacional.

Un buen PO traduce prioridades de negocio en historias de usuario con contexto, y sabe decir “no” a features que no suman.




Formar devs con mentalidad de negocio: una inversión clave


No se trata de convertir a los desarrolladores en comerciales, pero sí de formarles para que entiendan:

• Cómo se genera valor en su producto
• Qué le duele al usuario final
• Cuáles son los objetivos del trimestre
• Por qué ciertas decisiones de negocio impactan en el roadmap

Esa formación puede venir en forma de workshops internos, mentorías, sesiones con el área de producto o incluso contenidos curados. Pero debe formar parte del plan de desarrollo profesional.


Casos reales: donde la alineación marcó la diferencia

Caso 1: SaaS B2B que duplicó su conversión


Un equipo técnico que trabajaba en silos comenzó a participar en demos con clientes. Descubrieron que el mayor dolor era la integración inicial. Priorizaron mejoras UX y APIs más simples. Resultado: onboarding reducido de 7 días a 2. Conversión +115%.


Caso 2: Startup mobile que frenó el burnout


El equipo dev sentía que trabajaba sin rumbo. Al implementar OKRs compartidos y definir una visión conjunta con producto, entendieron el “por qué” detrás de cada feature. El estrés bajó, la motivación subió.




¿Cómo saber si tu empresa necesita construir este puente?

Hazte estas preguntas:

¿El equipo tech sabe cuáles son los 3 objetivos clave del negocio este trimestre?
• ¿Pueden explicar por qué se priorizó la última funcionalidad?
• ¿Conocen cómo se mide el éxito de lo que desarrollan?
• ¿Tienen contacto directo o indirecto con los usuarios finales?

Si respondiste “no” a más de una, es momento de construir el puente.




Una visión, un equipo

Cuando desarrollo y negocio reman en sincronía, las empresas tech se transforman. No solo escalan, sino que escalan con propósito. Los errores disminuyen, los tiempos mejoran, y el equipo se siente más comprometido porque entiende el impacto real de su trabajo.

El CTO, el consultor externo y el liderazgo de producto tienen en sus manos la construcción de este puente. Y aunque puede ser un camino retador, el retorno es incuestionable.

Porque cuando los devs entienden el negocio, dejan de solo construir... y empiezan a impulsarlo.

¡Esperamos vuestras opiniones!





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